Santos Domínguez Ramos habla sobre 'Los nombres de la nieve'
Dionisio López. Los nombres de la nieve El rostro de mi hijo ya es un campo de arena y ceniza como el de mis abuelos y mis antepasados. Sus manos vírgenes, que no tocaron la piel de sus padres, ni el agua, ni el calor, son ahora tierra y nada. Así comienza uno de los estremecedores poemas de Los nombres de la nieve , el primer y maduro libro de Dionisio López (Cáceres, 1978). Hermano en verso de Mortal y rosa , con el que comparte la misma orfandad inversa, sus textos turbadores y admirablemente contenidos -a veces torrenciales y salmódicos, a veces recortados al borde del silencio, alejados siempre del patetismo-, son las huellas conmovedoras de un dolor irreparable, las cicatrices persistentes de una catástrofe personal ante la que la palabra adquiere toda su potencia emocional y sanadora en busca de “la luz que nace del dolor” desde la experiencia de límites de la muerte del hijo, la dolorosa circunstancia de la que surge el impulso seminal de este inten...