‘Confesiones del apócrifo Cervantes’ de Jaime Covarsí
Contaba don Pío Baroja en sus memorias que durante sus años en Madrid quedaba muchas tardes para pasear con el también escritor don José Martínez Ruíz ‘Azorín’. La rutina era siempre la misma, se saludaban en la puerta del parque del Retiro, paseaban durante una hora en absoluto silencio y se despedían cortésmente citándose para el próximo paseo. Bueno, ni yo soy Baroja, ya me gustaría, ni Jaime Covarsí es Azorín; sin embargo durante los meses que ocuparon el curso académico 2015/2016 compartimos algo con ellos. Muchas mañanas, mientras viajábamos juntos hacia nuestro común trabajo, allá en el instituto de la landeriana Alburquerque, atravesábamos Malpartida de Cáceres, Aliseda, la sierra de San Pedro… en un cómodo silencio. Imagino yo que esos ratos le servían a Jaime para ir cerrando alguna trama, apuntalar un personaje, perfilar un verso o, sencillamente, ir ensimismado en sus quehaceres de escritor. Porque de otra manera no se explica la volcánica producción que acumuló en pocos me...